Día 4.- Parque Nacional Chitwan
Excursión en elefante por el Parque Nacional de Chitwan en busca de rinocerontes
La primera actividad que teníamos programada para ese día era la excursión en elefante. La actividad, al igual que el resto del paquete, no pasa de ser una distracción para turistas, pero la verdad es que para quien no haya subido nunca a un elefante la experiencia es muy recomendable. Por cada sufrido elefante suben 5 personas, los 4 turistas que se colocan en cada uno de los vértices del trono que lleva en la espalda de elefante, y el cuidador que va sobre la misma cabeza del animal.
El recorrido de algo más de una hora, discurre por una zona selvática a ratos sólo accesible a lomos del elefante, más en esta época de monzones, y aunque el paseo empieza en grupo, enseguida se dispersa y cada elefante toma un camino distinto.
Durante el paseo pudimos ver una pareja de típicos rinocerontes indios, muchas aves, y algún que otro ciervo.
Se calcula que no hay más de 2.000 especímenes de Rinoceronte Indio en el mundo, casi todos en Chitwan y en el cercano Parque Nacional de Kaciranga. Tengo que decir que los rinocerontes, aun cuando estaban en libertad, parecían algo drogados, como si estuvieran allí colocados a modo de muestra para los turistas.
En cualquier caso, ver aquellos primitivos animales a escasos metros y desde lo alto del elefante es toda una experiencia.
Baño con elefantes en Chitwan
Terminado nuestro paseo en elefante nos dispusimos a realizar otra de las actividades estrella del parque, el baño con elefantes.
Existen diversos puntos a lo largo del rio al que acuden los cuidadores con sus elefantes para bañarlos y asearlos, permitiendo que por unas 100 NPR los turistas compartir con estos grandiosos e inteligentes animales este momento de recreo.
Durante el baño el inmenso animal se venga despiadadamente de los turistas que se atreven a subirse a sus lomos empapándolos de agua de forma insistente con su trompa. Fue algo realmente divertido.
Paseo en Canoa por el Parque Nacional de Chitwan
Después de comer en el hotel nos trasladaron hasta el rio para iniciar el descenso en canoa con destino final en uno de los centros de entrenamiento de elefantes que tiene el parque. El descenso es realmente bonito, pues al encanto de ir en ese rudimentario medio de transporte, se une el deleite que provoca el paisaje selvático que bordea el rio, en el que pueden verse bastantes cocodrilos, búfalos de agua y muchos macacos (Llegamos incluso a ver otro rinoceronte a lo lejos).
A los 15 minutos de iniciar el descenso el monzón volvió a hacer acto de presencia hasta el punto de inundar nuestra canoa, lo que provocó que tuviéramos que desembarcar en la orilla y continuar nuestro camino a pie adentrándonos en la selva durante casi media hora, para llegar al centro de entrenamiento.
Ya en el centro de entrenamiento de elefantes, se puede ver como cuidan a estos animales, a los que desde su nacimiento se les asigna un cuidador que se encargará de enseñarle para seguir dando servicio a los turistas. Vimos muchos elefantes recién nacidos con sus madres.
Nos explicaron que los elefantes pueden consumir más de 100 kilogramos de comida en un solo día, y lo que más les gusta es tomar arroz verde envuelto en hojas. Sus embarazos duran 22 meses, al nacer pesan ya unos 100 kilos y miden algo más de un metro, y tienen una esperanza de vida de 60 años.
